Reforma Constitucional.

viernes, 4 de noviembre de 2011 0 comentarios

En cuanto a la reforma del 10 de Junio de este año, considero que es importante que existan avances que pueden cambiar la forma de interpretar el ordenamiento jurídico, ya que en la presente reforma se puede ver como hay un progreso en lo que a derechos humanos se refiere y esto se puede ver claramente en la denominación del Capítulo I del Título Primero de la Constitución en donde se deja atrás el concepto de: garantías individuales por el de: Derechos Humanos y sus garantías. Es notorio el avance, al reconocer los derechos humanos e incorporar el principio de pro persona con el fin de proteger dichos derechos y de esta manera dar una mayor protección a las personas.
A partir de la presente reforma, el articulo 1° constitucional ahora reconoce que toda persona gozará de los derechos humanos reconocidos tanto por la Constitución como por los Tratados Internacionales; sin duda esto constituye un avance en el proceso de internacionalización de los derechos humanos. Ciertamente lo que esta reforma prende es permitir a las personas ejercitar sus derechos sin dificultades y reafirmar la protección de ciertos derechos ya reconocidos por la Constitución a la luz del Derecho Internacional de los Derechos Humanos por lo tanto es de suma importancia hacer que se realice esta reforma constitucional y permitir la protección efectiva de los Derechos Humanos.

Por: Mireya Lira

Las Reformas Constitucionales (art. 1)

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La pasada reforma del 10 de junio del presente año trata sobre la jerarquización Constitucional en materia de Derechos Humanos (art. 1), que ya estaba previsto en Tratados Internacionales, y por ende se creía que se daban atentados contra la soberanía nacional; sin embargo  considero importante que exista un organismo internacional que tenga la facultad de verificar y en ciertos casos de ayudar a cada uno de los Estados a resolver ciertas controversias, y más en materia de Derechos Humanos, pues en algunas ocasiones la corrupción en los sistemas judiciales impide la pronta resolución de las mismas, y me parece que un órgano internacional tiene mayor imparcialidad en estos casos. Por tanto tenemos que hay un choque cultural, puesto que los miembros actuales de nuestro poder judicial están formados con otro criterio en cuanto a la observancia del Derecho Internacional en materia de Derechos Humanos, dejando a consideración de cada quien la observancia de los Tratados y no haciéndolo de manera obligatoria, es por esto que el Poder Legislativo debe establecer las bases para lograr que los mecanismos de garantía de los Derechos Humanos funcionen y así convertir las acciones colectivas en recursos viables y confables. Me parece que cada vez se le va dando más importancia al Derecho Internacional y no considero que por esto se esté violentando la soberanía nacional, sino todo lo comtrario, me parece que se amplía la esfera jurisdiccional para proteger, en este caso, los Derechos Humanos.

Por: Martínez Chan María Fernanda

Reforma Política... ¿Buena o mala?

miércoles, 26 de octubre de 2011 0 comentarios

http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/72d37f6785f7d379da89e8875600539c
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/190230.html

La reforma política que se ha discutido este año por la cámara de senadores y la cámara de diputados (respectivamente en la cámara de origen y cámara revisora), en lo particular se ma hace muy pobre, donde se observan claramente intereses partidistas; además, la forma en que ha sido discutida y aprobada parcialmente no ha sido del todo grato, pues hasta rumores existen sobre legisladores que beben alcohol dentro del recinto camaral bajo. Lo bueno de esta reforma política, es muy poco, considerando el tiempo que ha transcurrido desde su propuesta. Críticas de las propias figuras políticas advierten que dicha reforma es pobre e insuficiente, o bien, describiéndolas con adjetivos peyorativos altisonantes.

Por: Cristobal Guerrero Anaya.

Libia proclama su "liberación"

domingo, 23 de octubre de 2011 5 comentarios

http://cnnespanol.cnn.com/2011/10/23/libia-proclama-su-liberacion/

(CNN) — Una multitud se reunió en una plaza de Bengasi este domingo mientras los líderes del Consejo Nacional de Transición (CNT) declaraban la liberación de Libia que marca el comienzo de una nueva era tras la muerte de Moammar Gadhafi.
“Ahora estamos unidos. Nos hemos convertido en hermanos en el amor como nunca antes”, dijo Mustafa Jalil, presidente del CNT, quien llamó a los libros a tener “honestidad, paciencia y tolerancia” en el camino hacia la reconciliación.
“Nuestra gente ha logrado la libertad mediante la sangre de sus hermanos, hermanas y mártires. La libertad es grande y tiene un precio alto. Es costosa. Así que lleven sus uñas a sus dientes y muérdanlas muy fuerte. Porque preservarla es más difícil que alcanzarla”, dijo un funcionario del Ejército durante la ceremonia que comenzó poco después de las 4:00 p.m. local en Bengasi, la ciudad donde inició la revuelta.
También este domingo, los médicos terminaron la autopsia de Gadhafi en un hospital de Misrata. El jefe del equipo confirmó que el exhombre fuerte de Libia murió de un disparo en la cabeza.
Mientras Libia enfrenta la ardua tarea de construir una nueva sociedad, luego de 42 años de gobierno de Gadhafi, el CNT dijo que convocará a elecciones en los próximos meses. Mahmoud Jibril, jefe del Consejo, puso como límite “un periodo de ocho meses”.
Las primeras elecciones serán para elegir un Congreso nacional que redactará una nueva Constitución. Después de eso, habrá elecciones presidenciales y parlamentarias.

ISRAEL/PALESTINA

jueves, 20 de octubre de 2011 0 comentarios

PALESTINA/ ISRAEL

Los inicios del conflicto se remontan al período colonial y al surgimiento de los movimientos nacionalistas en Europa y en Oriente Medio.
Desde finales del siglo XIX, en las provincias árabes del Imperio otomano se fueron desarrollando movimientos nacionalistas que reivindicaban la autodeterminación de la población autóctona haciendo valer su identidad árabe. Asimismo en Europa, al calor de la ola de nacionalismos, se articuló un movimiento singular, el sionismo, que propugnaba la creación de una entidad estatal para los judíos dispersos por el mundo. A pesar de ser un movimiento eminentemente laico, el sionismo vio en Palestina, tierra donde se fundó el judaismo, el lugar ideal para realizar su proyecto nacional. Desde principios de siglo, este movimiento propició la instalación de judíos europeos en ese territorio todavía bajo administración otomana. Esta inmigración tomó envergadura bajo el Mandato Británico entre 1920 y 1948 (el sistema de mandatos fue establecido por la Sociedad de Naciones en las colonias de las potencias derrotadas en la Primera Guerra Mundial; debía prepararlas para la independencia).
Mientras que otras provincias otomanas fueron alcanzando paulatinamente su independencia, la disputada Palestina siguió bajo control colonial. Los dos proyectos nacionales, el árabe palestino y el sionista, chocaron cuando la comunidad judía inmigrada, aunque minoritaria, tomó envergadura y amplió sus propiedades siguiendo planes de control territorial. Su proyecto estatal se hizo claro cuando el yichuv, la comunidad judía en Palestina, fue creando instituciones autónomas a modo de un protoestado judío y desarrollando prácticas excluyentes y discriminatorias respecto a los árabes. Poco a poco fue creciendo una espiral de violencia entre árabes y judíos sionistas (entre 1936 y 1939 tuvieron lugar importantes revueltas árabes) lo que llevó a barajar la partición del territorio. Tras la segunda Guerra Mundial y ante la inminente retirada británica las Naciones Unidas (resolución 181, noviembre 1947) propusieron formalmente la partición del territorio y la creación de dos Estados, uno árabe palestino y otro judío. Este plan fue rechazado por los árabes pues legalizaba, a sus ojos, los planes y las colonias establecidas por los sionistas.
En mayo de 1948, la comunidad judía declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel, acto que desencadenó la intervención militar de los Estados árabes vecinos en apoyo a los palestinos. A raíz de esta primera guerra árabe-israelí, el Estado judío no sólo resistió la intervención árabe, sino que provocó la salida de gran parte de la población palestina que quedaba en su territorio y amplió la superficie de su territorio más allá de lo previsto en el plan de partición. Israel aprovechó además la desarticulación de la sociedad palestina provocada por el éxodo y la guerra. Los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza quedarían bajo control de Jordania y Egipto respectivamente; se frustraba la creación de un Estado árabe en Palestina, y la ciudad de Jerusalén quedaba dividida.
El nuevo Estado judío se alineó pronto con las potencias europeas frente al nacionalismo árabe (guerra del canal de Suez en 1956); ganándose su apoyo político y económico. Además a raíz del genocidio nazi, afirmó su razón de ser al declarar Israel como único refugio seguro para todos los judíos. Durante las primeras décadas Israel se consolidó como Estado y promovió la instalación masiva de judíos. En cambio, a raíz de la guerra, los palestinos vieron frustrado su derecho a disponer de un Estado propio. Dispersos entre varios países y divididos internamente su actuación casi se limitó a algunos hostigamientos poco eficaces contra Israel. En 1964 se crearía la Organización para la Liberación de Palestina, OLP.
Por imperativos de seguridad (la necesidad de contar con más profundidad defensiva ante los hostigamientos de sus vecinos árabes) y de recursos naturales (el control del agua), en junio de 1967 Israel ocupó el Golan sirio, la península del Sinai egipcio y los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza. Con la ocupación de estos últimos Israel se apoderaba de la totalidad del territorio de la Palestina del Mandato; sin embargo no los anexionaría ante la imposibilidad de expulsar a su población árabe y para evitar incrementar el número de árabes con ciudadanía israelí.
Desde 1967 Cisjordania y la Franja de Gaza han estado bajo ocupación militar israelí. Este régimen ha supuesto el estado de excepción permanente (autoridades y legislación militar), la persecución de los nacionalistas palestinos, la apropiación de sus recursos naturales (tierra y agua), la gradual expropiación de tierras para la instalación de colonos (en 1997 hay más de 150.000 colonos en los territorios ocupados y otros 170.000 en Jerusalén Este) y bases militares, la progresiva judaización de la parte oriental de Jerusalén (donde se pretende que la población árabe deje de ser mayoritaria), y, en fin, la total subordinación de la economía palestina a la israelí.
Mientras tanto la oposición palestina se organizó en el exterior. Durante los años 70 y 80', la OLP recompuso el tejido nacional palestino y organizó un Estado en el exilio que logró el reconocimiento y el apoyo internacional. La OLP combinó el encuadramiento de la población palestina refugiada, la acción diplomática y la lucha armada para liberar el territorio. Progresivamente la OLP fue aceptando la fórmula de la partición territorial pero exigiendo la materialización de los derechos nacionales del pueblo palestino: libre determinación, derecho a disponer de un Estado y retorno de los refugiados.
Ante la intransigencia israelí y el continuo apoyo de sus valedores externos, ni la vía diplomática seguida por la OLP ni la lucha armada dieron resultados. A finales de 1987 la iniciativa fue retomada por los palestinos del interior que desencadenaron el levantamiento popular en Cisjordania y Gaza. La intifada supuso un vasto movimiento de rechazo a la ocupación y de desobediencia civil que causó una profunda conmoción en Israel, desenmascaró la realidad de la ocupación y desencadenó un vasto apoyo internacional a los palestinos.
Al calor de la revuelta, en junio de 1988, Jordania cortó sus vínculos administrativos con Cisjordania, y en noviembre el Consejo Nacional Palestino (parlamento en el exilio) declaró el Estado de Palestina. La situación se hizo cada vez más insostenible para Israel, que seguía resistiéndose a cambiar de política. La Guerra del Golfo crearía las condiciones para que se concretase un marco de negociaciones tutelado por los EE.UU.

ISRAEL

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ISRAEL

Israel es una democracia parlamentaria formada por el poder legislativo; elejecutivo y el judicial. Sus instituciones son la presidencia, la Knéset(parlamento), el gobierno (gabinete de ministros) y el sistema judicial. Se basa en el principio de división de poderes, con controles y balances, que el poder ejecutivo (el gobierno) depende del voto de confianza del poder legislativo (la Knéset) y la independencia del poder judicial está garantizada por ley.
La democacia israelí se basa en el principio de división de poderes, en que el poder ejecutivo (el gobierno) depende del voto de confianza del poder legislativo (la Knéset) y la independencia del poder judicial está garantizada por ley.

Gabinete de ministros encabezado por el Primer Ministro. La autoridad ejecutiva del estado es el gobierno (gabinete de ministros), encargada de administrar los asuntos internos y externos, incluyendo asuntos de seguridad. Sus poderes políticos son muy amplios y está autorizado a actuar en cualquier asunto que no esté delegado por ley a otra autoridad.
El gobierno determina sus propios procedimientos de trabajo y toma de resoluciones. Generalmente se reune una vez por semana, pero pueden ser citadas reuniones adicionales en caso de ser necesario. Asimismo, puede actuar por medio de comisiones ministeriales.
Hasta la fecha, todos los gobiernos se han basado en coaliciones de varios partidos, dado que ningún partido ha logrado recibir suficientes bancas en la Knéset para poder formar gobierno por sí solo.
Para formar un gobierno, el primer ministro elegido debe presentar, en el término de 45 días desde la publicación de los resultados de las elecciones, una lista de ministros para su aprobación por parte de la Knéset, así como las pautas de gobierno propuestas.
Una vez aprobados, los ministros son responsables ante el primer ministro del cumplimiento de sus deberes y deben informar a la Knéset de sus acciones. La mayoría de los ministros son titulares de una cartera y encabezan un ministerio; ministros sin cartera, pueden ser encargados de asumir la responsabilidad por proyectos específicos. El primer ministro puede ejercer también como titular de cartera.
El número de ministros, incluyendo al primer ministro, no puede ser mayor de 18, ni menor de ocho. Por lo menos la mitad de los ministros deben ser miembros de la Knéset, pero todos deben cumplir los requisitos para poder ser elegidos como tales. El primer ministro, u otro ministro con la aprobación del primer ministro, puede nombrar vice-ministros, hasta un total de seis, todos miembros de la Knéset.
Al igual que la Knéset, el gobierno por lo general ejerce durante cuatro años, pero su período puede acortarse por la renuncia o muerte del primer ministro o por un voto de desconfianza de la Knéset. El primer ministro y los ministros de un gobierno saliente continúan en sus funciones hasta que un nuevo primer ministro y un nuevo gobierno inician su ejercicio.
Si el primer ministro se ve impedido de continuar su ejercicio debido a muerte, renuncia, acusación o un voto de desconfianza de la Knéset, el gobierno nombra a uno de sus miembros (que también debe ser miembro de la Knéset) como primer ministro en ejercicio; éste asume todos los poderes del cargo salvo la autoridad para disolver la Kneset. Los demás ministros continúan cumpliendo sus deberes hasta que se elige un nuevo primer ministro y asume el cargo.



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